Cuando se habla de la castidad en una relación D/S, lo
primero que nos viene a la cabeza es las imágenes de un sumiso o una sumisa
privadas de todo placer y/o enjauladas en un cinturón de castidad.
Como adepta a esta práctica, tengo que reconocer que, el
verme privada durante tiempo de la eyaculación liberadora no me supone problema
alguno, más bien al contrario, supone para mí un placer perverso.
Pero esa privación de eyaculación no tiene por qué
significar una privación del placer.
No sé como hacen l@s dem@s, yo encuentro un placer morboso,
qué no sé explicar bien, en permanecer
casta y excitada.
Pero hay otra fuente
de placer enorme que he experimentado, aunque ,hasta ahora, sólo en una ocasión
que, espero repetir mas veces con la práctica y que no es otra que el orgasmo
seco.
Para aquell@s que desconozcan el término ,el orgasmo seco no
es otra cosa que la experiencia del orgasmo sin eyaculación que se puede
disfrutar (y mucho) gracias a las técnicas del sexo tántrico.
Básicamente esta forma de “orgasmar” consiste en conseguir, gracias
a las técnicas respiratorias y de control muscular, hacer circular las energías
y concentrarlas en el cerebro, os puedo asegurar que cuando se consigue, aunque
sólo puedo hablar por una ocasión ya que todavía no conseguí repetir esa
maravillosa experiencia, cuando se consigue, decía, el placer y bienestar
obtenidos nada tienen que envidiar a un orgasmo “convencional”.
Así que, en resumen, para mí, la castidad, no es un juego
frustrante en absoluto sino plenamente gozoso, tanto si no puedo ni tener una
erección por estar en periodo de “enjaulamiento”
como si la eyaculación está
prohibida aunque el “pajarito” esté libre.