martes, 12 de noviembre de 2013

EL PLACER DE LA CASTIDAD



Cuando se habla de la castidad en una relación D/S, lo primero que nos viene a la cabeza es las imágenes de un sumiso o una sumisa privadas de todo placer y/o enjauladas en un cinturón de castidad.






Como adepta a esta práctica, tengo que reconocer que, el verme privada durante tiempo de la eyaculación liberadora no me supone problema alguno, más bien al contrario, supone para mí un placer perverso.
Pero esa privación de eyaculación no tiene por qué significar una privación del placer.
No sé como hacen l@s dem@s, yo encuentro un placer morboso, qué  no sé explicar bien, en permanecer casta y excitada.


 Pero hay otra fuente de placer enorme que he experimentado, aunque ,hasta ahora, sólo en una ocasión que, espero repetir mas veces con la práctica y que no es otra que el orgasmo seco.
Para aquell@s que desconozcan el término ,el orgasmo seco no es otra cosa que la experiencia del orgasmo sin eyaculación que se puede disfrutar (y mucho) gracias a las técnicas del sexo tántrico.
Básicamente esta forma de “orgasmar” consiste en conseguir, gracias a las técnicas respiratorias y de control muscular, hacer circular las energías y concentrarlas en el cerebro, os puedo asegurar que cuando se consigue, aunque sólo puedo hablar por una ocasión ya que todavía no conseguí repetir esa maravillosa experiencia, cuando se consigue, decía, el placer y bienestar obtenidos nada tienen que envidiar a un orgasmo “convencional”.
Así que, en resumen, para mí, la castidad, no es un juego frustrante en absoluto sino plenamente gozoso, tanto si no puedo ni tener una erección por estar en periodo de “enjaulamiento”


 como si la eyaculación está prohibida aunque el “pajarito” esté libre.