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Yo mism@ |
Un@ las ve y ,automáticamente, la imaginación empieza a funcionar, nos vamos viniendo arriba al pensar en esas maravillosas sesiones, las deliciosas sensaciones que (imaginamos) debe experimentar el sumiso atrapado en manos del capricho de su ama/o.
Hasta aquí ,creo que, debemos coincidir pero,como en todo, la imaginación es una cosa y la realidad puede ser diferente.
Con los cinturones de castidad (CB)la premisa de que,el órgano sexual por excelencia,es el cerebro alcanza su máxima expresión, ya que, el "otro", queda totalmente imposibilitado para su uso encerrado en su jaulita, Y ,aqui, es donde, creo, se debe tener muy claro que, según la actitud que se adopte, puede resultar poderosamente estimulante y gratificante o, por el contrario, un auténtico inhibidor del deseo.
Me explicaré, imaginemos la situación, bien el am@ bien el sumiso descubren la existencia de estos maravillosos aparatitos y se llega a la decisión de introducirlos en los juegos.
Ahí es donde empieza de verdad la cuestión.
Uno se piensa que, una vez colocado,todo se va a desarrollar como en una peli, pero la vida diaria se coloca enfrente, y ,entonces, entra la actitud.
Supongamos que, el CB, está colocado y afrontamos el día a día, es fundamental e imprescindible (desde mi punto de vista) que se den estimulaciones. No creo que hagan falta grandes alardes, pero si es necesaria una cierta actitud tanto del am@ como del sumi en castidad. Un, por ejemplo, roce en el dia a dia, toqueteos, arrumacos, azotiotos (¿por qué no?), en fin, lo que sería la actitud diaria de complicidad.
Así que, mi consejo es que, si se utiliza el CB tengamos claro su poder como estimulante en los juegos de dominación y su peligro como inhibidor del deseo y la complicidad.
Es evidente el efecto que ,a mi , me produce |
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¿o no? |