viernes, 7 de junio de 2013

RELATO

Igual que al dia le sigue la noche, en una relación de pareja, tarde o temprano, en mayor o menor medida entran los uso y costumbres, la rutina va cubriendo de forma imperceptible el tapiz de la pareja y, si no se reacciona, puede llegar a comérselo.

Cuando nosotros empezamos a darnos cuenta tomamos nuestros caminos. En mi caso descubrí algo llamado femdom y, sin saber cómo ni por qué, decidí que, lo que no pruebas, no sabes si te gusta.
No sé como va con otros, yo lo pedí y aquí estamos.





Estoy desnudo, no tengo un pelo en todo mi cuerpo, me han depilado hará una hora, a continuación un collar de perro ha venido a adornar mi cuello, y otro pequeño collar rodea mis genitales. No hizo falta orden alguna para caminar a cuatro patas babeante tras las manitas que tiraban de la cadena enganchada al collar de mis huevos.








Entramos en una habitación, 2 cachetes en mi culo me dieron la señal para parar, una venda cubrió mis ojos, unas muñequeras unían una cadena en mis muñecas.





No hace falta preguntar, mi polla delata las sensaciones que experimento. Siento la humedad de un aceite o algo parecido que vierten empapando mi culo y mis genitales y, unas manos, pasan a untarme con calma, mi miembro está a punto de explotar, unos dedos se van introduciendo poco a poco en mi culo expuesto.



Estoy ciego,erecto,entregado. Sin aviso, un objeto se introduce poco a poco, al principio me cuesta, pero lo acepto, estoy enculado.




Mi culo se llena y mi polla expresa su máxima intensidad, unos azotes sólo consiguen que tenga que hacer verdaderos esfuerzos por no eyacular.





¡Abre bien la boca!, oigo y una mordaza me la cierra, noto que se prolonga y supongo es de las que llevan una polla de silicona, me toman la cabeza y me dirigen, huelo la humedad y la calentura, una bofetada por sorpresa me indica que me calme y no acelere, que debo ser cuidadoso y concentrarme en mi deber de procurar el placer de la diosa que está ante mi.







Unos tirones del collar me dan la señal para parar, otros mas me llevan a 4 patas hasta que me ordenan tumbarme boca arriba, noto el altar de la femineidad en mi boca, recibo otra bofetada que me indica mi deber, me concentro en proporcionar su placer con mi boca y mi lengua.

El aumento de la humedad y unos leves gemidos me indican que voy por buen camino.
Estoy a punto de explotar pero, unas pinzas, mordiendo mis pezones y unos tironcillos me ayudan a mantener el tipo y conseguir que mi cara se empape .

¡Dios!, ¡Que explosión de placer en mi rostro!.¡Tengo la cara empapada con su placer!.

Se aparta temblorosa, sigo expectante, cegado pero con mis otros sentidos alerta, atado, enculado,las pinzas muerden mis pezones , y con la mayor excitación de mi vida.
Oigo sus pasos alejarse. luego vuelven, cuando, de repente, noto en mi erecto miembro una terrible sensación que me hace saltar y aullar por la impresión.
¡Hielo!, ¡es hielo!, ¿cómo describir el efecto de esa bolsa de hielo en mi polla erecta?...no puedo, sólo puedo decir que va eliminando, lenta e imparablemente mi erección.
Cuando desaparece, un cinturón de castidad y el chasquido de su candado al cerrarse sustituyen al hielo, ¡no me lo puedo creer!.

"De momento me está gustando mi amor", dice, "ahora debo irme a trabajar, mañana seguimos, aunque dependerá de lo cansada que salga de las noches y de como estés tú mañana, además, tengo que analizar si me va, o no, dominar a mi maridito".

Y, aquí estoy yo, en nuestra cama, con mi polla enjaulada y esperando que mi mujer vuelva de su turno de noche en el hospital para ver si ,el femdom, entra en nuestra vida o , sólo, ha sido un experimento.
Lo cierto es, que, mi excitación y la jaula no son lo mejor para tener una mente fría y analítica, ¿no?.
Con todo, yo, ya estoy perdido, soy un sumiso y acepto con orgullo mi condición, lo que mi amor decida lo sabré y espero su decisión con ánsia.




4 comentarios: